Resumen:
Este capítulo reflexiona sobre el impacto que el crimen organizado ha tenido en el estado de excepción fáctico, que varias entidades han padecido en los últimos años, el cual, ha provocado, el alzamiento de grupos de autodefensa, y ha profundizado la alteración del orden constitucional, que ya, de hecho, había sido menguado por la actividad criminal. El presente capítulo argumenta la conveniencia de declarar formalmente el estado de excepción en ciertas regiones del país, para que el Estado Mexicano pueda enfrentar con mayor eficacia al crimen organizado.